Fecha de publicación: 5 de Junio de 2025 a las 14:11:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El presidente estadounidense elogió el incremento del gasto militar alemán y prometió una “gran relación” con Berlín, pero sorprendió al expresar públicamente su decepción con el exjefe de eficiencia gubernamental por oponerse a su plan fiscal
Contenido: El presidente Donald Trump y el canciller alemán Friedrich Merz se comprometieron el jueves a fortalecer los lazos bilaterales durante una reunión en la Casa Blanca marcada por discusiones sobre Ucrania, el gasto en defensa y las tensiones comerciales, mientras Trump expresaba públicamente su decepción con las críticas del magnate Elon Musk a su plan fiscal.
En su primer encuentro presencial desde que Merz asumió el cargo en mayo, ambos líderes proyectaron una imagen de cooperación que contrasta con las relaciones tensas que Trump mantuvo con la predecesora de Merz, Angela Merkel, durante su primer mandato.
“Vamos a tener una gran relación con su país”, declaró Trump al inicio de la reunión en el Despacho Oval, donde Merz le obsequió un regalo simbólico que subraya los vínculos históricos entre ambas naciones: el certificado de nacimiento enmarcado de Frederick Trump, abuelo paterno del presidente estadounidense.
El documento, que data de 1869, corresponde al nacimiento de Frederick Trump en Kallstadt, entonces parte del Reino de Baviera. Entre risas, Merz destacó que el nombre de nacimiento del abuelo de Trump era Friedrich, al igual que el suyo propio. “Muchas gracias, es precioso”, respondió Trump, mientras buscaba con la mirada un lugar en las paredes del Despacho Oval para colgar el cuadro.
La historia del abuelo de Trump refleja la experiencia de muchos alemanes de su generación: emigró a Estados Unidos en 1885 con apenas 16 años en busca de mejores oportunidades. Tras amasar una fortuna, Frederick Trump regresó a Kallstadt, pero en 1905 las autoridades alemanas le revocaron la ciudadanía por haber emigrado sin cumplir el servicio militar obligatorio, forzándolo a regresar definitivamente a Nueva York.
Durante la reunión, Merz instó a Trump a ejercer mayor presión sobre Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania, un tema que ha dominado las relaciones transatlánticas desde la invasión rusa en febrero de 2022.
“Usted sabe que apoyamos a Ucrania y que queremos ejercer más presión sobre Rusia”, declaró Merz al presidente estadounidense, reiterando el compromiso alemán con Kiev en un momento en que Trump ha sugerido un enfoque diferente al conflicto.
El miércoles, Trump había comparado la guerra ucraniana con una pelea entre niños, sugiriendo que a veces es mejor “dejarlos pelear un rato antes de separarlos”. Esta analogía, que Trump dice haber compartido con el presidente ruso Vladimir Putin en una conversación telefónica, refleja su enfoque más cauteloso hacia la intervención directa en el conflicto.
Merz, quien ha convertido la diplomacia ucraniana en una prioridad desde su llegada al poder, visitó Kiev días después de asumir el cargo y recibió al presidente ucraniano Volodimir Zelensky en Berlín la semana pasada. Bajo su liderazgo, Alemania se ha comprometido a ayudar a Ucrania a desarrollar sus propios sistemas de misiles de largo alcance sin limitaciones de rango.
Trump elogió los esfuerzos alemanes por aumentar su presupuesto de defensa, un tema que había sido fuente de tensión durante su primer mandato cuando criticó duramente a Berlín por no cumplir con el objetivo de la OTAN de destinar el 2% del PIB a defensa.
“Sé que ahora están gastando más dinero en defensa, bastante más dinero, y eso es algo positivo”, declaró Trump a Merz en la Casa Blanca.
Alemania logró cumplir el objetivo del 2% gracias a un fondo especial de 100 mil millones de euros establecido por el predecesor de Merz, Olaf Scholz, para modernizar las fuerzas armadas alemanas tras la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, este fondo se agotará en 2027, lo que plantea desafíos futuros para el financiamiento militar.
Merz ha prometido que “el gobierno proporcionará en el futuro toda la financiación que la Bundeswehr necesita para convertirse en el ejército convencional más fuerte de Europa”. Ha respaldado un plan para que todos los aliados apunten a gastar el 3.5% del PIB en sus presupuestos de defensa para 2032, más un 1.5% adicional en áreas potencialmente relacionadas con la defensa como infraestructura.
Trump, quien ahora exige que los aliados de la OTAN gasten al menos el 5% de su PIB en defensa, ve la próxima cumbre de la OTAN en los Países Bajos como una “buena oportunidad” para que Alemania se comprometa a alcanzar esa marca.
A pesar del tono cordial de la reunión, persisten las tensiones comerciales entre ambos países. Alemania exportó 160 mil millones de dólares en bienes a Estados Unidos el año pasado, aproximadamente 85 mil millones más de lo que Estados Unidos envió a Alemania, un déficit comercial que Trump busca eliminar.
“Alemania es uno de los grandes inversores en Estados Unidos”, defendió Merz ante los periodistas. “Solo unos pocos países invierten más que Alemania en Estados Unidos. Estamos en tercer lugar en términos de inversión extranjera directa”.
Trump ha dirigido especialmente sus críticas al sector automotriz alemán, que incluye marcas importantes como Audi, BMW, Mercedes Benz, Porsche y Volkswagen. Los estadounidenses compraron 36 mil millones de dólares en automóviles, camiones y autopartes alemanas el año pasado, mientras que los alemanes adquirieron 10.2 mil millones en vehículos y partes estadounidenses.
El arancel del 25% de Trump sobre automóviles y partes está específicamente diseñado para aumentar el costo de los automóviles fabricados en Alemania con la esperanza de hacer que trasladen sus fábricas a Estados Unidos, aunque muchas de estas empresas ya tienen plantas en territorio estadounidense.
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