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Fecha de publicación: 5 de Junio de 2025 a las 05:50:00 hs

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Medio: TN

Categoría: INTERNACIONAL

“Es un abusador y un dictador”: la denuncia contra el presidente de Nicaragua que cambió el rumbo del país

Portada

Descripción: En una entrevista exclusiva con TN, Zoilamérica Narváez reveló detalles de su denuncia contra su padrastro, el mandatario Daniel Ortega. La relación con su madre, Rosario Murillo.

Contenido: En 1998, Zoilamérica Narváez rompió el cerco del silencio y acusó públicamente a su padrastro, Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y actual presidente de Nicaragua, de haber abusado sexualmente de ella durante casi dos décadas.

Tenía solo 9 años cuando comenzaron los ataques, según su testimonio, que incluyó violaciones físicas y violencia psicológica continuada hasta los 21 años. Una verdadera pesadilla que ahora se anima a replicar en exclusiva en TN.

La denuncia no prosperó judicialmente en Nicaragua. Pero la repercusión internacional fue inmediata: expuso las profundas falencias del sistema judicial, la impunidad del poder y la fragilidad de los derechos humanos en el país centroamericano.

Dos décadas más tarde, estos mismos problemas volverían a quedar en evidencia con la violenta represión estatal tras las protestas de 2018, donde el gobierno de Ortega se consolidó como una dictadura con un control férreo sobre todas las instituciones.

Zoilamérica, hija de Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Ortega, creció en el corazón de la revolución sandinista. Pero su testimonio no solo denunció un caso de abuso intrafamiliar, sino que sacudió los cimientos del poder político nicaragüense: mostró cómo su madre, lejos de protegerla, actuó como una aliada incondicional del abusador.

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“A mi madre sí le tengo miedo”, dijo Narváez en una entrevista con la BBC tiempo atrás, subrayando el rol cómplice de Murillo frente a los abusos. En una escena del mismo documental que narra su historia, Daniel Ortega esgrime: “Rosario quiere pedirles perdón por haber dado una hija que traicionó los principios de la Revolución Sandinista”.

En 2013, Narváez denunció que su organización, el Centro de Estudios Internacionales, fue desfinanciada y su pareja expulsada del país. Obligada al exilio, se radicó en Costa Rica, desde donde continúa denunciando los mecanismos de abuso, silenciamiento y control que, según ella, replican a escala nacional lo que vivió en su casa.

“El país entero vive bajo la misma lógica de control y miedo que existía en mi familia”, expresó en una reciente entrevista. También denunció un patrón sistemático de abuso que iría más allá de su caso: relató cómo Ortega reclutaba niñas del interior de Nicaragua con la promesa de becas en Managua, y señaló que hay otros casos similares, incluido el de una mujer que murió en prisión.

Desde el exilio, Zoilamérica sigue siendo una de las voces más incómodas para el régimen de Ortega-Murillo. Su denuncia, ignorada por la Justicia pero respaldada por organizaciones de derechos humanos y sectores de la sociedad civil, sigue siendo un símbolo de resistencia ante el autoritarismo, la impunidad y el pacto de silencio que protege a los poderosos.

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