Fecha de publicación: 5 de Junio de 2025 a las 04:05:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: En Nagasaki, la peculiaridad de estos felinos dio origen a santuarios, tradiciones y una identidad local que atrae a visitantes y fortalece el sentido de comunidad
Contenido: En las calles de Nagasaki, Japón, la presencia de gatos sin cola no solo es común, sino que se transformaron en un símbolo de buena fortuna y en un rasgo cultural distintivo de la ciudad. Estos felinos, conocidos como omagari neko o kagi neko, trascendieron su singularidad física, para integrarse plenamente en la vida cotidiana, la historia y el turismo local.
Según informó Associated Press (AP), la fascinación por estos gatos impulsó la creación de un santuario sintoísta, perteneciente a la religión tradicional de Japón, y de una sociedad dedicada a su protección y promoción, consolidando su papel como emblema de la región.
En Nagasaki, los gatos sin cola están presentes en calles, parques y casas, donde son considerados símbolos de buena suerte. Los residentes y visitantes los identifican fácilmente por las diversas formas de sus colas: algunas terminan en gancho, otras presentan curvas marcadas y muchas apenas muestran un pequeño apéndice.
A su vez, Kazuya Hideshima, trabajador del Santuario Omagari Neko y miembro de la Sociedad de Gatos de Nagasaki, explicó a AP que estas particularidades dieron origen a los términos omagari neko (gatos de cola doblada) y kagi neko (gatos gancho), reflejo de su morfología y del aprecio cultural por estos animales.
La ciudad estableció esta devoción mediante un santuario sintoísta dedicado exclusivamente a estos felinos, que actúa como lugar de veneración y como punto de encuentro para seguidores y curiosos, fortaleciendo el lazo entre comunidad y gatos.
La Sociedad de Gatos de Nagasaki, de la que Hideshima forma parte, promueve su protección y conocimiento, reafirmando su importancia en la identidad local.
La proporción de gatos sin cola en Nagasaki es significativamente superior a la del resto de Japón. Según datos citados por AP, aproximadamente el 80% de la población felina local presenta esta característica, el doble que en cualquier otra región del país.
La elevada presencia de omagari neko convirtió a Nagasaki en un destino destacado para quienes buscan experiencias culturales singulares y para los amantes de los gatos, que cumplen un papel como símbolos de identidad y atractivo turístico.
La historia de estos felinos en Japón se remonta al siglo VI, cuando se cree que llegaron desde China junto con monjes budistas. Según AP, estos monjes utilizaban a los gatos para cazar ratas y proteger las escrituras religiosas durante travesías marítimas, lo que facilitó su integración en la vida japonesa y su posterior veneración.
Entre los siglos XVII y XIX, Nagasaki fue el único puerto abierto al comercio exterior en un Japón cerrado al mundo. Durante ese periodo, llegaron gatos desde las Indias Orientales Holandesas, transportados en embarcaciones del sudeste asiático para controlar plagas a bordo. Funcionarios culturales de Nagasaki, citados por el medio mencionado, subrayaron que este intercambio fue crucial en el establecimiento de la población local de gatos sin cola.
La singularidad de los gatos sin cola también tiene base genética. Por su parte, Soshin Yamamoto, veterinario y especialista en felinos, explicó que la alta proporción de colas cortas puede atribuirse a una mutación genética que se propagó en un entorno cerrado. Durante el periodo de aislamiento de Japón, la reproducción entre gatos con esta característica se intensificó, perpetuando el rasgo.
Yamamoto sostuvo que la ausencia de cola no representa un problema para estos animales si viven cerca de los humanos y no requieren habilidades de supervivencia en ambientes salvajes. “Tener rabo no es un problema para la mayoría de los gatos que llevan una vida normal, siempre y cuando vivan cerca de los seres humanos y no estén saltando y corriendo como gatos salvajes en un bosque”, declaró el veterinario, según Associated Press.
La figura de los omagari neko trascendió lo local y se convirtió en un atractivo turístico nacional e internacional. Los habitantes de Nagasaki ven en ellos una oportunidad para dinamizar la economía y fortalecer el tejido social. AP reportó que la comunidad espera que la fama de estos gatos atraiga a más visitantes y beneficie a negocios locales como tiendas de recuerdos y establecimientos hoteleros.
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