Fecha de publicación: 18 de Noviembre de 2025 a las 10:09:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El incremento en la detección de stalkerware obliga a implementar tanto controles físicos como análisis regulares del sistema operativo para minimizar la exposición de los datos personales
Contenido: El crecimiento de amenazas contra la privacidad digital ha colocado medidas simples, como cubrir la cámara del celular, en el centro de las recomendaciones de los expertos en ciberseguridad.
Colocar una cinta adhesiva sobre la lente puede parecer una solución básica, pero aporta una protección efectiva ante intentos de espionaje visual realizados por software malicioso o stalkerware, según análisis de firmas como AVG y Kaspersky.
La inquietud sobre el acceso remoto a cámaras y micrófonos se intensificó tras las revelaciones de Edward Snowden en 2013 sobre herramientas capaces de intervenir dispositivos personales sin notificación al usuario. Desde entonces, figuras como Mark Zuckerberg y el exdirector del FBI, James Comey, reconocieron públicamente adoptar la costumbre de tapar la cámara de sus equipos como medida preventiva.
El funcionamiento de los programas de espionaje, conocidos como stalkerware o spyware, es cada vez más sofisticado. Estos pueden activarse tras la descarga de aplicaciones no oficiales, la apertura de enlaces poco confiables o el acceso físico al dispositivo. Una vez instalados, los atacantes pueden registrar imágenes, videos o transmitir en directo, sin que la víctima note cambios evidentes en el uso regular de su teléfono.
Especialistas en ciberseguridad insisten en que cubrir la cámara, aunque no elimina todos los riesgos, sirve como barrera física para evitar capturas visuales indeseadas, sobre todo en escenarios donde los dispositivos se han infectado.
Informes técnicos de 2016 confirman que no es necesario ser una figura pública para ser un objetivo potencial: basta con pertenecer a grupos selectos o estar vinculado a información sensible para atraer la atención de atacantes.
La detección de aplicaciones espía suele requerir vigilancia y revisión constante. Cambios en el funcionamiento del móvil, como aumento inusual en el consumo de batería o datos, aparición de apps desconocidas, lentitud del sistema y sobrecalentamiento pueden indicar la presencia de un software malicioso.
Analizar permisos de apps instaladas también resulta esencial, ya que algunas de estas toman control sobre la cámara, micrófono, ubicación y mensajes sin justificación real.
Cuando existen síntomas de espionaje y la sospecha recae sobre un software malicioso, el paso más seguro es ejecutar un análisis por medio de una aplicación antivirus de reconocimiento internacional. Estas soluciones escanean el sistema, identifican y bloquean amenazas, y en muchos casos, permiten monitoreo en tiempo real para frenar intentos de acceso.
La autenticación en dos pasos, el uso de contraseñas robustas y la restricción de permisos a funciones sensibles son recomendaciones transversales entre los especialistas.
Si la amenaza persiste o se confirma la presencia de stalkerware, lo aconsejable es restablecer el equipo a la configuración de fábrica, previa copia de seguridad de archivos personales. Esta acción elimina aplicaciones instaladas sin autorización y limpia el dispositivo de software persistente.
Al reiniciar el dispositivo, se recomienda actualizar todas las contraseñas y reconsiderar qué aplicaciones reinstalar, evitando aquellas de origen dudoso o sin referencias positivas.
Prácticas, como analizar el comportamiento del teléfono, revisar permisos y mantener el software actualizado, incrementa las posibilidades de preservar la privacidad incluso en ambientes hostiles.
Las consecuencias de la vigilancia digital superan la invasión de la intimidad: pueden derivar en extorsiones, suplantación de identidad y robo de datos confidenciales. Por ello, tanto la prevención como la reacción frente a sospechas de espionaje deben abordarse desde una perspectiva técnica y legal.
Ante dudas sobre el alcance de un posible ataque, la consulta con expertos en seguridad digital constituye una acción recomendable para salvaguardar tanto la información propia como la de terceros que pueda estar almacenada en el dispositivo.
Acciones como tapar la cámara del celular, lejos de limitarse a gestos simbólicos, forman parte de una estrategia integral para confrontar riesgos actuales y proteger la información sensible de las personas frente a amenazas cada vez más sofisticadas.
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