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Fecha de publicación: 18 de Noviembre de 2025 a las 09:22:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

Científicos coinciden en que los efectos de dormir poco son similares a los de tomar seis cervezas

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Descripción: Sentirse torpe, lento o desorientado después de descansar menos de lo recomendado no es una percepción exagerada. Estudios muestran que la falta de sueño afecta la atención, la coordinación y la toma de decisiones de manera comparable al consumo moderado de alcohol.

Contenido: Dormir poco se volvió uno de los grandes problemas silenciosos de la vida moderna. Entre jornadas laborales extensas, pantallas que se extienden hasta la madrugada y la idea instalada de que “dormir menos es ser más productivo”, el descanso parece negociable. Sin embargo, la ciencia lleva años demostrando que el sueño no es opcional: es una función biológica esencial.

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La psicóloga especializada en sueño Nuria Roure lo explicó con claridad: “Las personas que han pasado más de 20 horas despiertas presentan un nivel de atención similar al de quien ha consumido unas seis cervezas”.

La comparación sorprende, pero no es exagerada: existen estudios que lo respaldan.

Un estudio realizado por la Universidad de South Australia y publicado en Occupational and Environmental Medicine comparó los efectos de la falta de sueño con los del alcohol. Según los resultados, después de 17 a 19 horas sin dormir, los participantes mostraron:

Este nivel coincide con el límite legal de conducción en varios países. Por eso, los especialistas plantean que manejar sin dormir puede ser tan peligroso como hacerlo levemente alcoholizado.

No hace falta pasar una noche entera despierto para que el rendimiento se altere. Otro estudio citado en el artículo original analizó el efecto de la privación parcial del sueño —dormir entre cuatro y cinco horas durante varios días consecutivos— y llegó a la misma conclusión: la atención sostenida, la memoria y la toma de decisiones comienzan a deteriorarse.

La falta crónica de sueño no solo afecta el rendimiento diario: también impacta en la salud física.

Una investigación publicada en la revista Sleep mostró que dormir menos de seis horas se asocia con mayor riesgo de:

Y en términos neurológicos, el descanso cumple una función clave. Durante la noche, el cerebro activa mecanismos de limpieza celular, eliminando residuos metabólicos como el beta-amiloide, relacionado con el mal de Alzheimer.

Según evidencia publicada en Nature, las personas que dormían de manera sostenida menos de seis horas por noche en la mediana edad tenían más probabilidades de desarrollar demencia años después.

El déficit de sueño empieza cada vez más temprano.

La Sociedad Española del Sueño indica que los adolescentes duermen en promedio entre 6 y 6,5 horas, cuando necesitan entre 8 y 10.

Para la neuróloga estadounidense Mary Carskadon, que lleva décadas estudiando el sueño en adolescentes, la obligatoriedad de madrugar para asistir a clases es un factor clave en:

Carskadon sostiene en sus investigaciones que “el horario escolar temprano entra en conflicto con la biología del sueño adolescente”.

Si bien la evidencia es contundente, recuperar el sueño no requiere tecnología ni tratamientos costosos: comienza por la higiene del sueño, es decir, hábitos regulares como horarios consistentes, menos pantallas antes de dormir y un entorno adecuado (silencioso, oscuro y fresco).

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