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Fecha de publicación: 16 de Noviembre de 2025 a las 07:59:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

“Perdí kilos rápido, pero gané piel flácida y angustia”: relatos reales del boom del descenso veloz de peso

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Descripción: El cambio abrupto abre un capítulo poco contado: impacto emocional, cirugías reconstructivas y dudas sobre cómo seguir. Qué dicen los especialistas y qué viven quienes atravesaron el proceso.

Contenido: La baja acelerada de peso genera un alivio inicial, pero también un conjunto de efectos físicos y emocionales que pocos anticipan.

Mariana, docente, 37 años, bajó 19 kilos en tres meses: “Bajé, sí. Pero empecé con ataques de llanto, irritabilidad, paranoia. Terminé llorando en el piso. Sentía que mi cabeza no podía seguirle el ritmo a mi cuerpo”.

Nicolás, 41, bancario: “De 110 kilos pasé a 85. La ropa me quedaba bien, pero la piel colgando en brazos y abdomen me partió la autoestima”.

Julia, 35, de Rosario, bajó 38 kilos desde diciembre: “Mi salud mejoró, pero no puedo usar shorts. La piel sobre las rodillas me deprime. Desnuda siento que tengo 30 años más”.

“Ponerse en forma cuando uno está sano puede ser fácil. Pero cuando hablamos de pérdidas de peso importantes, el acompañamiento médico no es opcional: es obligatorio”, señala la Dra. Susana Fuentes (M.N. 92.619), especialista en clínica médica y diabetología e integrante del Equipo de Cirugía Bariátrica y Metabólica del Hospital El Cruce. Y agrega: “Hay pacientes que mejoran la presión arterial, la glucemia o el dolor articular. Pero al mismo tiempo aparecen preguntas, miedos y cambios corporales que requieren seguimiento”.

El Dr. Jorge Wetzel (M.N. 81.500), presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, explica: “La elasticidad de la piel no es la misma después de años de obesidad. Cuando el peso baja rápido, queda un excedente que solo puede resolverse cortando la piel sobrante”.

Ese excedente depende de varios factores:

Las zonas más afectadas suelen ser abdomen, brazos, muslos, espalda baja y mamas, tanto en mujeres como en varones.

Wetzel detalla: “Lo más común es la dermolipectomía abdominal, que puede ser clásica o circunferencial. También el lifting de muslos, el lifting de brazos y la pexia mamaria. Cuando hay piel sobrante, ninguna crema ni gimnasio sirve: hay que remover el excedente”.

También existen técnicas específicas como:

El especialista remarca que cada caso requiere un análisis previo: “El paciente debe tener un índice de masa corporal adecuado, un hemograma normal y buen estado nutricional. Muchos llegan desnutridos y no pueden operarse hasta estabilizarse”.

Los cambios físicos acelerados suelen venir acompañados de dudas, angustias y conflictos con la propia imagen corporal.

Bajar de peso rápido puede mejorar parámetros clínicos y cambiar la vida de una persona. Pero la pérdida acelerada produce efectos en la piel, en la autoestima y en el vínculo con el propio cuerpo que necesitan seguimiento cercano y decisiones individualizadas.

“La obesidad es una enfermedad crónica y debe ser acompañada en el largo plazo”, concluye Fuentes.

N de la R: los nombres de pacientes fueron modificados para preservar su privacidad.

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