Fecha de publicación: 31 de Octubre de 2025 a las 07:05:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El cofundador de Microsoft sostiene que la inteligencia artificial cambiará el mercado y dejará solo algunos empleos para las personas, un hecho que exige políticas que garanticen una transición justa ante posibles desigualdades
Contenido: La aceleración del desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha llevado a Bill Gates a reformular su visión sobre el futuro del trabajo. Si en 2024 el cofundador de Microsoft consideraba posible una semana laboral de tres días, ya finalizando 2025 ha elevado su apuesta y ahora sostiene que, en apenas una década, podríamos trabajar únicamente dos días por semana.
Esta predicción, compartida en entrevistas recientes como The Tonight Show with Jimmy Fallon y en conversaciones con el profesor de la Universidad de Harvard Arthur Brooks, marca un giro notable en su perspectiva sobre el impacto de la tecnología en la vida laboral.
El cambio de postura de Gates en tan solo un año refleja la magnitud y la velocidad con la que la inteligencia artificial está transformando el mercado global. A finales del año pasado, durante el podcast What Now? de Trevor Noah, Gates defendía que la IA permitiría a las personas disfrutar de más tiempo libre al asumir las tareas más pesadas.
No obstante, advertía que la sociedad aún no estaba preparada para esa transición, señalando que la falta de inversión en tecnología y formación representaba el principal obstáculo. “Todavía no estamos preparados”, afirmaba entonces, y subrayaba que ni las empresas ni los gobiernos contaban con los recursos necesarios para afrontar el desafío.
En 2025, Gates ha ido más allá y sostiene que la inteligencia artificial avanzará tan rápido que, en una década, la semana laboral podría reducirse a solo dos días. En su diálogo con Fallon, planteó interrogantes sobre el futuro del empleo.
Según Gates, la IA asumirá la mayoría de las tareas humanas, lo que obligará a redefinir el papel de las personas en un mundo donde la inteligencia se convierta en un recurso gratuito y omnipresente.
De acuerdo con la visión del empresario, una jornada laboral de dos días permitiría alcanzar niveles inéditos de bienestar y productividad. Las personas podrían dedicar más tiempo a sus familias, a su salud y a su desarrollo personal.
No obstante, advierte sobre el peligro de que la automatización total agrave las desigualdades económicas, sobre todo si los frutos de la innovación tecnológica quedan en manos de unos pocos.
Gates ha insistido en la necesidad de repensar el significado del trabajo y de diseñar políticas que aseguren una transición justa. La inteligencia artificial, en su opinión, puede liberar a las personas, pero podría marginarlas si no se garantiza una distribución equitativa de sus beneficios.
El empresario prevé que quedarán muy pocos trabajos reservados exclusivamente a los humanos, principalmente aquellos vinculados a la creatividad, las relaciones personales o el entretenimiento, como el deporte profesional. En ese sentido, el filántropo ilustró su argumento con una imagen concreta: “No queremos ver a ordenadores jugando al béisbol”.
Esta reflexión subraya la idea de que, aunque la automatización cognitiva transformará sectores enteros, desde la medicina hasta la educación y la generación de informes, ciertas actividades seguirán requiriendo la intervención humana.
Gates ha comparado el impacto de la inteligencia artificial con el de la Revolución Industrial, aunque advierte que la velocidad de cambio será mucho mayor. Ya no se trata únicamente de automatizar tareas manuales, sino de replicar el pensamiento humano.
La llegada de la “inteligencia gratis”, como explicó a Arthur Brooks, democratizará el acceso al conocimiento especializado gracias a los modelos avanzados de IA.
Este fenómeno podría facilitar el acceso a la información, pero no se debe desconocer el riesgo de acelerar la concentración de riqueza y ampliar la brecha social.
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