Fecha de publicación: 29 de Mayo de 2025 a las 07:43:00 hs
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Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Video muestra el momento en que oficiales de Texas capturaron a dos reos fugitivos de Nueva Orleans
Descripción: Leo Tate y Jermaine Donald fueron sometidos tras una persecución policial a alta velocidad en Walker County. Dos presos aún siguen prófugos y son considerados extremadamente peligrosos
Contenido: La fuga masiva de una cárcel en Nueva Orleans continúa generando repercusiones mientras las autoridades reportan nuevos arrestos y mantienen la búsqueda de dos reclusos considerados altamente peligrosos. Según The Associated Press, el lunes fueron capturados Leo Tate de 31 años y Jermaine Donald de 42, tras una persecución policial a alta velocidad en Walker County, Texas.
Imágenes de cámaras corporales y de patrullas muestran cómo el vehículo blanco en el que huían llegó a alcanzar los 129 kilómetros por hora y circuló en sentido contrario en una autopista estatal dividida antes de detenerse y rendirse ante la policía armada.
“Simplemente se rindieron”, declaró el teniente Wade Roberts del Departamento de Policía de Huntsville. No se han difundido aún detalles adicionales sobre la duración del operativo ni sobre cómo lograron ubicar a los fugitivos en Texas.
Mientras tanto, en Louisiana, una llamada anónima permitió ubicar a otro de los prófugos: Lenton Vanburen Jr. (26) fue hallado sentado en una banca, frente a una tienda en Baton Rouge, a unos 125 kilómetros del centro de detención del cual escapó junto a otros nueve internos a principios de mayo.
La detención de Vanburen no fue el único avance. Las autoridades también arrestaron a cinco personas acusadas de ayudarlo, entre ellas tres familiares —incluido Lenton Vanburen Sr.—, quienes enfrentan cargos como “cómplices después del hecho”, delito que conlleva penas de hasta cinco años de prisión por ayudar a evadir la justicia a una persona buscada.
Pese a estos avances, dos reclusos siguen prófugos. El más peligroso es Derrick Groves (27), condenado en 2023 por dos homicidios en segundo grado y dos intentos de homicidio relacionados con un tiroteo durante el Mardi Gras de 2018. Además, enfrenta cargos por agresión a un funcionario penitenciario.
El segundo fugitivo es Antoine Massey (33), quien posee un extenso historial criminal. En marzo fue acusado de robo de vehículo y violencia doméstica por estrangulamiento. También es buscado por las autoridades del condado de St. Tammany bajo sospechas de secuestro y violación, según informó The Times-Picayune/The New Orleans Advocate.
Las autoridades han ofrecido una recompensa de 20.000 dólares por información que permita capturar a Groves y Massey. Se solicita a la población reportar cualquier pista a la policía.
La fuga tuvo lugar hace casi dos semanas y puso al descubierto graves fallas en la infraestructura carcelaria. Los reclusos lograron forzar una puerta defectuosa, escapar a través de un hueco detrás de un inodoro, escalar una reja con alambre de púas y huir bajo la oscuridad de la noche. El incidente no fue detectado hasta varias horas después, durante el conteo matutino.
En el lugar donde se ejecutó la huida, los internos dejaron una pintada burlona: “To Easy LoL”, acompañada de una flecha que señalaba el hueco por donde escaparon.
Una investigación independiente publicada esta semana por el monitor federal del acuerdo judicial de 2013 sobre la cárcel de Nueva Orleans advierte sobre una deteriorada situación de seguridad en el centro. El informe sostiene que los internos fumaban marihuana sin temor a sanciones, fabricaban armas caseras con objetos como escobas o baldes y, en muchos casos, lograban manipular las cerraduras de sus celdas.
Según los monitores, gran parte de la violencia entre presos ocurre porque el personal permite que salgan sin supervisión o porque los internos abren sus propias celdas. El informe recomienda restablecer una unidad de máxima seguridad, eliminada en 2022 por la actual sheriff Susan Hutson, quien asumió el cargo con una agenda de reforma progresista.
La sheriff Hutson se enfrenta ahora a críticas por las decisiones tomadas en los últimos dos años, especialmente por desmantelar prácticas de confinamiento de alto riesgo sin haber fortalecido otras medidas de seguridad. La situación reabre el debate sobre el balance entre reformas penales y el mantenimiento de la seguridad pública.
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