Fecha de publicación: 2 de Octubre de 2025 a las 09:09:00 hs
Medio: TN
Categoría: GENERAL
Descripción: Según la evidencia científica y la experiencia clínica, hay alternativas que combinan dos fármacos para potenciar beneficios y reducir efectos adversos.
Contenido: La presbicia es la dificultad natural para enfocar de cerca que aparece alrededor de los 40 o 45 años. Es una patología que ya no se trata solo con anteojos: en los últimos años surgieron gotas oftálmicas que mejoran la visión cercana durante varias horas al día. Sin embargo, aunque todas parecen similares, no lo son y la clave está en su composición química, la forma en que fueron estudiadas, su seguridad comprobada y la experiencia clínica en el uso real.
La primera gota aprobada por la FDA en Estados Unidos fue Vuity, a base de pilocarpina 1,25% la cual, en estudios clínicos controlados, demostró mejorar la visión cercana sin comprometer la visión de lejos, con efectos adversos leves como enrojecimiento ocular, dolor de cabeza o visión borrosa pasajera.
Sin embargo, tras su comercialización en miles de pacientes, comenzaron a reportarse complicaciones más serias que no habían aparecido en los ensayos iniciales, como desprendimientos de retina y tracción vitreomacular en personas predispuestas. Esto acarreó notas adicionales de seguridad que buscan asegurar que el producto para la salud visual no debe usarse sin una recomendación del profesional oftalmólogo y los análisis necesarios.
La más reciente aprobación en Estados Unidos, Vizz, utiliza otra molécula (aceclidina) y sus estudios clínicos también mostraron eficacia y seguridad aceptables, aunque, al ser un producto nuevo, todavía no existe la misma experiencia acumulada en la práctica diaria.
En nuestro país, la ANMAT aprobó un producto similar o equivalente de Vuity, basando su autorización en la evidencia generada en Estados Unidos por AbbVie y a quien regulatoriamente no se le exigieron estudios clínicos con su producto para dicha aprobación. Todas estas gotas son monodrogas en una única concentración: la misma fórmula para todos los pacientes, sin posibilidad de adaptación individual.
Frente a estas alternativas, un método desarrollado en la Argentina propone un enfoque distinto y respaldado por más de dos décadas de uso clínico:
El Método Benozzi no solo se diferencia en su formulación, sino en su recorrido: más de 20.000 pacientes tratados, muchos con más de 10 años de seguimiento continuo, y sin reportes de efectos adversos graves.
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A esto, se le suma un sólido historial de publicaciones científicas y presentaciones internacionales, como la más reciente en el 43º Congreso de la Sociedad Europea de Cirujanos de Cataratas y Refractivos (ESCRS), que confirmó su eficacia y seguridad en la vida real.
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