Fecha de publicación: 27 de Septiembre de 2025 a las 03:00:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Investigaciones recientes revelan datos poco conocidos sobre este alimento vegetal y su impacto en diferentes aspectos del bienestar físico y mental
Contenido: En los últimos años, las semillas de girasol dejaron de ser solo un aperitivo para convertirse en uno de los ingredientes favoritos para quienes buscan cuidar su salud. Ya sea en ensaladas, yogures o como snack, este alimento de origen vegetal es cada vez más valorado por su sabor y por los numerosos aportes que ofrece al organismo.
Diversos estudios científicos respaldan los beneficios de las semillas de girasol, desde el fortalecimiento del corazón hasta su aporte en el bienestar de la piel y la energía diaria. ¿Por qué los expertos las recomiendan y cómo pueden formar parte de una dieta equilibrada? La evidencia científica ofrece respuestas claras.
De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), las semillas de girasol contienen proteínas de alta calidad, ácidos grasos insaturados, antioxidantes y una amplia variedad de minerales. La Cleveland Clinic señala que la vitamina E, presente en concentración elevada en estas semillas, es fundamental para reducir el daño celular provocado por radicales libres. En un informe de la Universidad Nacional de Luján, se describe que “la semilla de girasol colabora en la disminución de los niveles de colesterol LDL, favoreciendo la prevención de enfermedades cardiovasculares por su aporte de ácidos grasos poliinsaturados”.
El consenso científico destaca siete beneficios principales:
El Departamento de Tecnología del Laboratorio de Nutrición de la Universidad Nacional de Luján cuantificó que una porción de 30 gramos de semillas de girasol sin cáscara aporta 163 calorías, donde predominan las grasas poliinsaturadas, las proteínas y la fibra. De acuerdo con la FEN, las semillas contienen minerales como magnesio, potasio, hierro, calcio, fósforo y zinc en proporciones relevantes. Además, destacan las vitaminas E y B6, el ácido fólico y el triptófano, todos esenciales para diversas funciones metabólicas y neurológicas.
Según datos de la Cleveland Clinic, estas semillas presentan un perfil altamente energético, pero equilibrado por su combinación de nutrientes que favorecen la sensación de saciedad y mantienen un metabolismo activo.
Expertos en nutrición de la Cleveland Clinic recomiendan consumir entre 15 y 30 gramos diarios, equivalente a una o dos cucharadas. Esta porción resulta suficiente para lograr los principales beneficios sin añadir un exceso de calorías a la dieta habitual. Especialistas advierten evitar la variedad salada, ya que el alto contenido de sodio puede perjudicar a personas con hipertensión o enfermedades renales.
El informe de la Universidad Nacional de Luján enfatiza que quienes presentan alergias a las semillas, problemas renales graves o siguen dietas muy restrictivas deben consultar al médico antes de añadir semillas de girasol de forma regular a su alimentación.
El contenido en vitaminas del complejo B, especialmente B6 y ácido fólico, se considera destacable en la semilla de girasol. La Fundación Española de Nutrición indica que estas vitaminas intervienen en la síntesis de neurotransmisores, colaboran en la producción de energía y participan en la formación adecuada de glóbulos rojos. Además, la B6 modula las respuestas hormonales y metabólicas relacionadas con el estrés y el estado de ánimo.
Según la Universidad Nacional de Luján, la incorporación de semillas de girasol en la dieta diaria puede ayudar a compensar posibles déficits de vitamina B en poblaciones con alto desgaste físico o mental, estudiantes y deportistas.
Desde la institución sugieren que remojar las semillas de girasol entre 12 y 14 horas contribuye a mejorar la absorción de minerales al reducir la presencia de antinutrientes naturales. Las semillas pueden ingerirse crudas, tostadas sin sal, o incorporarse a ensaladas, yogures, batidos y preparaciones panificadas.
Nutricionistas de la Cleveland Clinic destacan la importancia de consumir las semillas como parte de un patrón alimentario variado, acompañadas de frutas, verduras y proteínas magras para repartir los beneficios nutricionales de manera equilibrada.
Estos hallazgos, documentados por instituciones reconocidas, confirman la relevancia de las semillas de girasol como alimento funcional y seguro cuando se incorporan en las cantidades diarias recomendadas.
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