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Fecha de publicación: 26 de Septiembre de 2025 a las 04:05:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Más allá del estrés: 7 claves para identificar un trastorno de ansiedad

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Descripción: Especialistas citados por Prevention advierten que el agotamiento, y otros cambios físicos o de conducta, pueden ser pistas inadvertidas de un problema emocional que requiere atención profesional

Contenido: Sentir ansiedad ante situaciones estresantes es natural, pero cuando esa inquietud se mantiene y afecta la vida diaria, puede señalar la presencia de un trastorno de ansiedad. Más allá de los ataques de pánico, existen manifestaciones menos evidentes que pueden pasar desapercibidas. Reconocer estas señales, según especialistas de prevention y de la Universidad de Harvard, es esencial para buscar apoyo y cuidar el bienestar emocional.

El Dr. E. Blake Zakarin, psicólogo clínico, explicó en diálogo con Prevention que la ansiedad cumple un papel adaptativo: “Si no tuviéramos ansiedad, probablemente no nos prepararíamos para una reunión o un examen, o no nos importaría lo que piensen los demás”, afirmó Zakarin. Sin embargo, advierte que esta emoción se vuelve preocupante cuando interfiere de modo persistente en la rutina o el funcionamiento diario.

La transición de una ansiedad situacional a un trastorno ocurre cuando los síntomas se vuelven constantes, intensos o impiden realizar las actividades habituales. En estas circunstancias, buscar ayuda profesional es fundamental, recomiendan los expertos.

La duda constante o la necesidad repetida de buscar segundas opiniones es otra manifestación frecuente. Harvard sostiene que las personas con alta ansiedad suelen mostrarse inquietas, exaltadas y en permanente búsqueda de consuelo. Consultar repetidamente a amigos o colegas sobre decisiones, o buscar información en internet sin calmar la inquietud, puede reflejar inseguridad ante el miedo a equivocarse.

Uno de los signos menos evidentes de un trastorno de ansiedad es la evitación de situaciones o la procrastinación. Zakarin señala que este comportamiento puede justificarse con excusas, como el cansancio, para evitar reuniones o eventos sociales.

Al principio puede ser ocasional, como preferir quedarse en casa cuando se invita a personas desconocidas, pero si se vuelve frecuente y limita la vida, es señal de alerta. Si la procrastinación se convierte en un obstáculo constante para cumplir plazos o realizar tareas por angustia, conviene prestar atención.

El insomnio es otro indicador relevante. Si bien todos pueden tener una noche de mal descanso, Zakarin recomienda vigilar cuando las dificultades para dormir son frecuentes o afectan el rendimiento diario. Si cuesta conciliar el sueño durante más de 30 minutos habitualmente, o hay despertares nocturnos reiterados, la ansiedad podría estar interfiriendo en el descanso. En este sentido, Harvard advierte que el insomnio crónico vinculado a la ansiedad incrementa el riesgo de otros problemas de salud.

Los problemas gastrointestinales pueden estar directamente relacionados con la ansiedad. Cuando se activa la respuesta de lucha o huida, el sistema digestivo responde a la adrenalina y el cortisol, provocando síntomas como malestar estomacal, indigestión, pérdida de apetito o calambres. La ADAA y estudios de Harvard corroboran la conexión entre ansiedad y salud digestiva.

La tensión física acumulada es otro síntoma sutil. El dolor de cabeza o muscular suele pasar desapercibido, pero puede estar asociado al estrés persistente. Zakarin indica que la tensión suele localizarse en ciertas zonas y, si se presenta junto con otros síntomas, puede revelar un problema subyacente. Además, la falta de descanso adecuado agrava estas molestias, creando un ciclo de malestar físico y emocional.

El corazón acelerado y otros síntomas físicos como respiración agitada, sudoración, presión arterial alta, náuseas, sensación de calor o mareos pueden formar parte del cuadro ansioso. Zakarin explica que durante la respuesta de lucha o huida, el corazón late más rápido.

Harvard señala que estas sensaciones suelen preocupar a quienes las padecen y pueden interpretarlas como problemas de salud graves, lo que incrementa la ansiedad. Especialistas de Harvard subrayan que no deben ignorarse, ya que pueden ser la primera señal de un trastorno de ansiedad.

El agotamiento aparece frecuentemente relacionado con la ansiedad. Aunque la falta de sueño contribuye, la Universidad de Harvard señala que la fatiga puede presentarse incluso si se duerme bien, debido al esfuerzo constante de lidiar con el estrés y la tensión emocional.

Reconocer estas señales permite recuperar el equilibrio emocional y mejorar la calidad de vida. Si el cansancio o el malestar persisten sin causa clara, es importante considerar si la ansiedad está influyendo en el bienestar diario. Especialistas de Harvard advierten que atender estos síntomas a tiempo previene la cronificación del trastorno y facilita su abordaje.

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