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Fecha de publicación: 21 de Septiembre de 2025 a las 10:06:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

Alertan sobre un retroceso en el área agrícola que implementa la siembra directa

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Descripción: La superficie bajo esta modalidad retrocedió al 82% a nivel nacional, según indicó un reporte de Aapresid.

Contenido: Según un relevamiento de la Red de Manejo de Plagas de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), la superficie bajo siembra directa retrocedió al 82% a nivel nacional.

El control de malezas resistentes aparece como la principal causa de este retroceso, comprometiendo un modelo que convirtió a la Argentina en referente global en conservación de suelos.

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Según el comunicado de la Aapresid, la Siembra Directa es uno de los hitos más trascendentes de la agricultura argentina. Gracias a esta práctica, se redujo la erosión, bajaron las emisiones de gases de efecto invernadero, se mejoró la infiltración de agua y aumentó la productividad por hectárea, posicionando al país como líder mundial en manejo sustentable de suelos.

Sin embargo, un informe reciente de la Red de Manejo de Plagas advierte un retroceso que genera preocupación.

La encuesta de la REM para la campaña 2024/25 revela que el 18% de la superficie agrícola nacional fue trabajada con algún tipo de labranza, mientras que el 82% se mantuvo bajo el sistema de Siembra Directa.

El retroceso se observa con más fuerza en provincias como Entre Ríos, Chaco y Santa Fe, donde más del 20% de los suelos fueron removidos. En Buenos Aires, Córdoba y Santiago del Estero los porcentajes son menores, aunque en superficie total representan cifras significativas por la magnitud agrícola que concentran.

El relevamiento indagó también en las razones de este fenómeno. El 53% de la superficie con labranza se utilizó para el control de malezas resistentes o tolerantes a herbicidas. En Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe ese porcentaje trepa a casi el 70%.

Esto significa que la lucha contra las malezas se transformó en uno de los principales motivos para interrumpir la Siembra Directa, poniendo en riesgo décadas de avances en sustentabilidad.

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Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), realizado en lotes con más de 20 años de SD en Carlos Casares, Buenos Aires, evaluó los efectos de la labranza ocasional sobre el banco de semillas de malezas. Los resultados muestran que no hubo una reducción significativa en la cantidad ni en la diversidad de especies, sino que se produjo una redistribución vertical de las semillas en el perfil del suelo.

“La conclusión es clara: la labranza no constituye una estrategia efectiva a largo plazo, aunque pueda dar una sensación momentánea de control”, dijeron desde Aapresid.

Según analizó el reporte, el uso de la labranza como solución rápida amenaza con revertir logros construidos durante décadas.

La pérdida de cobertura, la degradación de la estructura del suelo y la disminución de la capacidad de infiltrar agua son consecuencias que tardan años en recuperarse.

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Desde la REM destacan que la clave está en sostener la visión integral de la Siembra Directa, apoyada en la diversificación de cultivos, la incorporación de cultivos de servicio y la intensificación de secuencias productivas.

“El retroceso del 95% histórico al 82% actual de superficie bajo SD debe leerse como una señal de alerta. La agricultura argentina, que supo liderar en conservación de suelos, enfrenta hoy el desafío de no ceder a decisiones reactivas que resuelvan una campaña pero comprometan la sustentabilidad futura”, concluyeron.

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