Fecha de publicación: 14 de Septiembre de 2025 a las 03:00:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: La autoevaluación regular puede alertar sobre posibles trastornos y contribuir a la prevención de complicaciones relacionadas con el sistema circulatorio
Contenido: El corazón es mucho más que un simple latido: es una voz silenciosa capaz de alertar antes de que surja el peligro. Es por eso que saber interpretarlo puede ser la diferencia entre anticiparse a un problema o que pase inadvertido.
Medir la frecuencia cardíaca en casa es una práctica accesible y útil para quienes desean proteger la salud del corazón.
La Facultad de Medicina de Harvard presentó una guía detallada para controlar la presión y la frecuencia cardíaca de manera sencilla en el hogar, acercando herramientas de monitoreo a la población general. Esta medición proporciona información relevante sobre el sistema cardiovascular y permite identificar posibles alteraciones antes de que sean evidentes, lo que facilita tomar decisiones informadas respecto al bienestar personal.
Medir la frecuencia cardíaca es un proceso sencillo y no requiere equipos sofisticados. Así lo indica el Informe Especial de Salud de la Escuela de Medicina de Harvard, que detalla los siguientes pasos para obtener una medición precisa:
La frecuencia cardíaca en reposo (FCR), definida como el número de latidos por minuto cuando el cuerpo descansa, es un importante indicador sobre el estado general de salud y el riesgo de enfermedades cardíacas.
Para obtener una FCR confiable, los expertos sugieren medirla en diferentes momentos del día, evitando hacerlo tras ejercicio, periodos de mucha inactividad, situaciones de estrés o la ingestión de cafeína, factores que pueden alterar los resultados.
La mayoría de las fuentes ubican la frecuencia cardíaca en reposo saludable entre 60 y 100 latidos por minuto (LPM). Sin embargo, especialistas de Harvard Health Publishing sugieren que el rango ideal para adultos sanos estaría entre 50 y 70 LPM.
Aquellas personas con excelente condición física, como atletas, pueden tener menos de 60 LPM sin que represente un problema, mientras que la genética, el sexo y otros factores personales también influyen en las cifras de cada individuo.
Una frecuencia cardíaca en reposo consistentemente inferior a 60 LPM, en personas que no son deportistas ni presentan una salud excepcional, se denomina bradicardia. Esta condición puede deberse a enfermedades cardíacas, apnea del sueño u otros trastornos, como advierte la Asociación Americana del Corazón.
Por el contrario, si supera los 100 LPM de manera sostenida, se habla de taquicardia, que puede asociarse a problemas cardíacos, anemia o afecciones pulmonares. Tanto Verywell Health como fuentes médicas subrayan que una medición aislada fuera del rango habitual, especialmente después de actividad física, no suele ser motivo de alarma; la vigilancia debe centrarse en alteraciones persistentes.
Cuando la frecuencia cardíaca medida en casa permanece de forma constante fuera de los parámetros saludables, lo más recomendable es acudir a un profesional médico para una valoración integral del estado de salud y la detección de causas subyacentes.
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