Fecha de publicación: 15 de Agosto de 2025 a las 09:41:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El virus del papiloma del conejo de cola de algodón genera crecimientos que pueden variar desde pequeños nódulos hasta estructuras similares a cuernos
Contenido: La aparición de conejos silvestres con extraños crecimientos negros en forma de cuernos y tentáculos en la cabeza ha generado inquietud en varias comunidades de Colorado, Estados Unidos. Esta impactante condición es provocada por el virus del papiloma del conejo de cola de algodón, responsable de desarrollar desde pequeños nódulos hasta prominentes estructuras en el rostro de los animales.
El virus responsable de estos crecimientos inusuales es científicamente conocido como virus del papiloma del conejo de cola de algodón o Shope papillomavirus, descubierto en los años 1930 por el Dr. Richard E. Shope, un investigador del cáncer de la Universidad Rockefeller. TIME reporta que este virus ha tenido un impacto significativo en la investigación médica moderna, sirviendo como modelo para estudiar el virus del papiloma humano y contribuyendo al desarrollo de la vacuna contra el VPH.
La transmisión ocurre principalmente durante los meses de verano cuando los conejos son picados por insectos vectores como mosquitos, pulgas y garrapatas, explicando por qué los avistamientos son más frecuentes durante esta época del año.
Aunque el aspecto de estos conejos resulta perturbador para los vecinos, las autoridades y especialistas han explicado que los animales infectados presentan un pronóstico esperanzador. Según eplicó Kara Van Hoose, portavoz de Colorado Parks and Wildlife, cerca del 35% de los conejos logra que los crecimientos desaparezcan por completo dentro de un período de seis meses. Este proceso depende en gran medida de la capacidad del sistema inmunitario para controlar y eliminar la infección viral sin intervención médica.
En los casos más habituales, los animales pueden superar la afección sin sufrir consecuencias graves. La recuperación tiende a ser espontánea, especialmente cuando los crecimientos no obstaculizan funciones vitales como la visión, la ingesta de alimentos o la hidratación. Durante esos seis meses críticos, los tumores pueden crecer antes de empezar a reducirse, pero la cicatrización natural es posible y frecuente.
A pesar del pronóstico alentador para muchos conejos, existen excepciones. El verdadero problema aparece cuando las protuberancias bloquean la boca, los ojos o dificultan la alimentación y el consumo de agua, ya que esto puede llevar a consecuencias severas como desnutrición o deshidratación. En esas situaciones, la enfermedad podría volverse fatal. Sin embargo, de acuerdo con las autoridades, la mayor parte de los conejos infectados sobrevive y supera la infección.
Colorado Parks and Wildlife ha establecido una política de no intervención para los conejos silvestres, recomendando la eutanasia únicamente en los casos en que los crecimientos comprometan fuertemente la supervivencia del animal.
El virus es específico de los conejos silvestres y no puede transmitirse a personas, perros ni gatos, por lo que no representa ningún riesgo de salud pública en Estados Unidos. Solo los conejos domésticos pueden llegar a infectarse si contactan con ejemplares silvestres o con insectos vectores, y en esos casos el tratamiento veterinario podría ser necesario.
La aparición de estos conejos ‘zombi’ ha provocado desde asombro hasta preocupación, pero la ciencia demuestra que la naturaleza posee mecanismos asombrosos de curación, y la mayoría de los animales logra recuperarse de esta afección extraña y llamativa sin ayuda humana.
Frente al avistamiento de un conejo con protuberancias negruzcas o crecimientos anómalos en su cabeza y cara, las recomendaciones oficiales son claras:
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