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Fecha de publicación: 14 de Agosto de 2025 a las 15:40:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Los ultraprocesados aumentan el riesgo cardiovascular, pero hay excepciones que pueden incluirse en una dieta saludable

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Descripción: La Asociación Estadounidense del Corazón actualizó sus directrices y advirtió que en dosis altas se vinculan a enfermedades cardiometabólicas. También indicó los menos perjudiciales, en el marco de un plan de alimentación equilibrado

Contenido: La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) publicó recientemente sus nuevas directrices sobre el consumo de alimentos ultraprocesados (UPF). La entidad advirtió que la ingesta excesiva de estos alimentos industrializados se asocia con mayor riesgo de y eventos cardiovasculares, como infarto, accidente isquémico transitorio y accidente cerebrovascular (ACV), diabetes tipo 2, obesidad y mortalidad por cualquier causa

La investigación, publicada en la revista Circulation, identificó una relación dosis-respuesta y la aparición de diversas enfermedades. El consumo elevado de ultraprocesados frente a uno bajo se asoció con un aumento del riesgo cardiometabólico y de muerte de hasta el 66%.

“Sabemos que consumir alimentos con demasiadas grasas saturadas, azúcares añadidos y sal es perjudicial para la salud. Lo que desconocemos es si ciertos ingredientes o técnicas de procesamiento hacen que un alimento sea perjudicial, más allá de su baja composición nutricional. Y si ciertos aditivos y etapas de procesamiento utilizados para elaborar alimentos más saludables, como el pan integral comercial, tienen algún impacto en la salud”, afirmó la doctora Maya K. Vadiveloo, presidenta del grupo de redacción del informe de la AHA.

Se suele definir como procesamiento a la “transformación” de alimentos a través de cualquier acción que cambie sustancialmente el producto original, incluyendo procesos como pasteurización, curado, secado o marinado. El objetivo de estos procesos es hacer que los alimentos sean más seguros, alargar su vida útil o mejorar su sabor.

Entre los alimentos procesados se encuentran productos como yogures, verduras congeladas y pan.

En contraste, los ultraprocesados tienen una mayor transformación industrial, es decir, están más alejados del alimento real, pues se les agrega emulsionantes, conservantes, colorantes y saborizantes, suelen tener niveles altos de azúcar, grasas y sal.

Ejemplos de ultraprocesados son los cereales para el desayuno con azúcar o chocolate, galletas y panificados con aditivos, carnes como hamburguesas, salchichas u otros embutidos industriales, salsas y aderezos industriales, bebidas azucaradas y gaseosas, y gran parte de las comidas preparadas para calentar.

Consultado por Infobae, el médico Silvio Schraier, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y vicedirector de la Carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación Barceló, subrayó la necesidad de diferenciar entre grados y tipos de procesamiento en los alimentos.

“Antes de hablar de ultraprocesados hay que empezar por definir los alimentos procesados. Si la leche es pasteurizada o sometida a ultra alta temperatura, sigue siendo leche pero recibe un tratamiento para eliminar gérmenes patógenos. En ese caso es un alimento procesado y no pierde valor nutricional”, sostiene.

Schraier aclaró que el problema aparece cuando los procesos agregan ingredientes, modifican el alimento original o le suman aditivos. “No todo procesamiento es malo. Muchos yogures, aunque sean productos procesados, pueden mejorar la microbiota intestinal al sumar bacterias saludables. Hay que desterrar la idea de que todo ultraprocesado es nocivo por definición”, expresa.

Respecto a términos como “comida chatarra”, el médico considera que simplifican el fenómeno: “Comer un sándwich casero de hamburguesa con lechuga y tomate no supone un riesgo, pero sí si se suman ingredientes ultraprocesados en exceso, como panceta o quesos saborizados”.

El documento de la AHA señaló que algunos productos industriales procesados, como determinados panes integrales, yogures bajos en azúcar, salsas de tomate sin aditivos y cremas para untar a base de frutos secos o legumbres, pueden formar parte de una dieta equilibrada.

Aun en estos casos, la AHA indica que estas opciones requieren seguimiento para que mantengan un perfil nutricional saludable.

Más del 70% de los productos de los supermercados y más de la mitad de las calorías en la dieta promedio estadounidense provienen de alimentos con al menos un ingrediente ultraprocesado, según el informe de la Asociación Estadounidense del Corazón.

“La mayoría de los alimentos que contienen aditivos industriales también tienen un alto contenido de grasas no saludables, azúcares añadidos y sal”, señaló el informe. El principal problema, afirman los expertos, es que “niños y adultos en Estados Unidos consumen cantidades excesivas de UPF de bajo valor nutricional”. Entre estos productos figuran bebidas azucaradas, carnes procesadas, cereales refinados, dulces, panificados y papas fritas.

Según el metaanálisis, el consumo excesivo se asoció con entre 25% y 58% más de riesgo de resultados cardiometabólicos, y entre 21% y 66% más de riesgo de mortalidad por cualquier causa, respecto del consumo bajo.

Tanto la AHA como el especialista argentino marcaron que algunos procesados pueden incluirse en una dieta saludable siempre que tengan bajo contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos.

Schraier recomendó los cereales integrales, lácteos bajos en grasa y azúcar, vegetales congelados sin agregados y conservas de pescado al natural. “La sugerencia es priorizar alimentos frescos, variados, sumar legumbres, frutas y huevos, y consultar referencias oficiales como las Guías Alimentarias para la Población Argentina. La clave está en la variedad y el equilibrio”, resumió.

“No hay alimentos buenos o malos por sí solos, sino patrones alimentarios. Consultar a profesionales de nutrición es lo más adecuado para adaptar las recomendaciones a las costumbres y necesidades de cada persona o familia”.

Entre los alimentos procesados que pueden incluirse en una dieta saludable, la Asociación Estadounidense del Corazón menciona:

Todos estos productos deben tener bajo contenido de sal, grasas saturadas y azúcares añadidos, y pueden formar parte de una alimentación balanceada cuando se consumen de forma moderada y como complemento de alimentos frescos y mínimamente procesados.

“La relación entre los alimentos ultraprocesados y la salud es compleja y multifacética”, destacó Maya K. Vadiveloo, presidenta del grupo redactor de la AHA. Según la especialista, el informe expone que la mayoría de los alimentos ultraprocesados afectan la salud general y cardíaca, pero advierte sobre la generalización de considerar a todos los productos bajo una única definición, pues no es lo mismo una lata de atún sin aceite que un paquete de papas fritas.

En línea con la AHA, Schraier puso el foco en los contextos socioeconómicos y culturales que moldean las dietas de las personas: “Es complejo comparar hábitos entre países. El desayuno típico estadounidense no es el mismo que el argentino. Las recomendaciones deben adecuarse a realidades locales y al acceso a los alimentos”.

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