Fecha de publicación: 14 de Agosto de 2025 a las 04:30:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Un artículo de GQ, basado en estudios científicos, explica por qué unas semanas sin entrenamiento no reducen de manera notable la masa muscular ni el avance logrado luego de meses de esfuerzo
Contenido: La inquietud por ver reducidos los avances obtenidos tras meses de entrenamiento suele estar presente entre quienes dedican esfuerzo y constancia al fitness, según reportó GQ. Ante situaciones como un viaje, una semana laboral exigente, una molestia física menor o la simple necesidad de desconectar, la posibilidad de pausar la rutina despierta el temor a que la masa muscular se pierda con rapidez.
Este miedo, alimentado por mitos y mensajes en redes sociales, lleva a muchos a evitar cualquier interrupción, incluso cuando el cuerpo y la mente piden un respiro. Sin embargo, diversos estudios y organismos internacionales especializados coinciden en que las pausas cortas forman parte natural del proceso de adaptación física y no ponen en riesgo el esfuerzo realizado
Según un estudio consultado por GQ y publlicado en Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, la pérdida de masa muscularno se manifiesta de forma significativa antes de las dos semanas de inactividad total, especialmente en personas previamente entrenadas.
Los resultados muestran que, durante pausas cortas —como una semana o hasta diez días—, el volumen y fuerza muscular permanecen prácticamente inalterados. Incluso después de interrupciones más prolongadas, la recuperación de masa y fuerza muscular resulta rápida gracias al fenómeno de la memoria muscular, siempre que se retome el entrenamiento habitual.
Estudios realizados en atletas y aficionados muestran que la fuerza y el volumen muscular se mantienen estables durante descansos de hasta dos semanas. La atrofia perceptible —es decir, la reducción visible del músculo— suele aparecer solo pasadas seis a doce semanas de inactividad continua. En personas recién iniciadas, el proceso puede ser más rápido, pero nunca se desarrolla de manera significativa en pausas breves.
El Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) y numerosas revisiones científicas coinciden en que el descanso es una parte crucial del proceso de adaptación muscular. Lejos de perjudicar el rendimiento, los descansos planificados permiten:
Este tipo de interrupciones, lejos de ser una amenaza, ayudan a optimizar el crecimiento muscular a largo plazo.
Durante una pausa de algunos días o una semana, el cuerpo experimenta procesos de recuperación celular. En estos periodos:
El ritmo de pérdida muscular varía según varios elementos, como:
Los estudios y guías de organizaciones internacionales proponen estrategias sencillas:
Incluso en periodos sin entrenamiento formal, estas prácticas minimizan cualquier posible impacto de un descanso corto.
Solo las interrupciones superiores a las seis-doce semanas, o los largos periodos de inactividad, generan una pérdida importante de masa muscular y disminución en el rendimiento. Estas situaciones raramente se presentan en descansos habituales, ya sean por vacaciones, viajes o una semana de recuperación tras un ciclo intenso de ejercicio.
Tanto la ciencia como instituciones como el Colegio Americano de Medicina del Deporte sostienen que los descansos cortos no solo no afectan las ganancias musculares, sino que son parte saludable y necesaria del entrenamiento. La memoria muscular y la adaptabilidad del cuerpo permiten retomar la rutina con facilidad y rapidez.
Disfrutar de pequeños descansos, sin culpa ni ansiedad, es fundamental para mantener la motivación, cuidar la salud y potenciar el rendimiento a largo plazo.
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