Fecha de publicación: 8 de Agosto de 2025 a las 18:20:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Más de tres mil piezas y una lucha constante por la igualdad definen la carrera de una mujer cuya influencia artística y social comienza a recibir el reconocimiento merecido
Contenido: Hélène de Beauvoir, artista francesa autora de más de 3.000 piezas y con una vida marcada por el feminismo, permaneció durante décadas fuera del foco de la historia del arte. Hermana menor de Simone de Beauvoir, su carrera resultó opacada por la proyección intelectual de la filósofa.
La retrospectiva presentada en la Amar Gallery de Londres, bajo el título “Hélène de Beauvoir: The Woman Destroyed”, ofreció una posibilidad renovada de rescatar su legado y situarla en el escenario artístico y feminista global.
La exposición, que se realizó entre enero y marzo de 2025, constituyó la primera muestra de gran envergadura dedicada a Hélène de Beauvoir en territorio británico. Se incluyeron pinturas y obras en papel que abarcan desde los años 50 hasta los 80, permitiendo explorar su universo creativo a lo largo de varias décadas.
Entre las piezas sobresalieron los paisajes cercanos a la abstracción, lienzos con gran energía y “Rostro en un espejo roto” (1969), donde se observa el autorretrato fragmentado en múltiples presencias. Pese a su carácter limitado, la selección representó el mayor acercamiento hasta ese momento para dar a conocer su trabajo en el Reino Unido, un contexto poco habituado a la presencia de la artista en los medios.
Nacida en 1910 en París, creció junto a su hermana en un ambiente influido por la efervescencia cultural del Boulevard du Montparnasse. Desde el balcón familiar, ambas presenciaban la vida bohemia de creadores como Modigliani y Picasso, mientras su madre imaginaba para ellas un destino tradicional.
Desde temprano, Hélène expresó su rechazo a la vida doméstica y manifestó un firme propósito de convertirse en artista, deseo que consignó en su diario a los quince años y que mantuvo hasta poco antes de morir en 2001.
Inició su formación en una escuela orientada al matrimonio, experiencia que aborreció, para luego ingresar en Art et Publicité, un entorno más abierto a nuevas ideas. Cuando tenía veinticinco años, Christian Dior la seleccionó para una exposición en la Galerie Jacques Bonjean en 1936, llamando incluso la atención de Picasso sobre su obra.
En 1942 contrajo matrimonio con Lionel de Roulet, diplomático y colaborador de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Junto a él, residió en ciudades como Milán, Marruecos, la ex Yugoslavia, Italia y finalmente Estrasburgo, lo que la alejó del epicentro artístico parisino.
El alejamiento físico de París condicionó de manera decisiva su trayectoria. Claudine Monteil, especialista en derechos de las mujeres y amiga cercana de las hermanas de Beauvoir, recuerda que Hélène confesaba en repetidas ocasiones lo arduo que fue abrirse camino como pintora lejos de París, sobre todo como mujer. Monteil señaló en la revista Bazaar que, después de los años 50, residió muy poco tiempo en la capital francesa, lo que restringió su visibilidad en el circuito nacional.
El vínculo con Simone de Beauvoir estuvo marcado por la admiración, el respaldo y la sombra inevitable de una figura pública. Tras la publicación de “El segundo sexo” en 1949, Simone facilitó a su hermana los recursos para exponer en el extranjero. Monteil explica que Simone fue protectora y exigente, consciente de que su notoriedad podía eclipsar cualquier logro ajeno. En una ocasión, la filósofa reflexionó: “Y ser la hermana de una persona famosa es aún más difícil”.
La producción de Hélène de Beauvoir fusionó temáticas políticas, feministas y experiencias personales. Su pintura abordó la condición de la mujer, la política contemporánea y la devastación ambiental, adelantando debates posteriores. En 1967, colaboró con Simone en una edición especial de “La mujer rota”, con 16 aguafuertes.
Las protestas estudiantiles de 1968 motivaron una nueva serie, y en 1975 se convirtió en presidenta del primer centro de acogida para mujeres víctimas de violencia doméstica, llegando incluso a ofrecer refugio en su propia casa. Naomi Polonsky, curadora adjunta en Kettle’s Yard, resalta que Hélène “combina el interés por los temas políticos contemporáneos con la capacidad de representarlos de forma relativamente directa, junto a símbolos de la feminidad atemporal”.
Su compromiso feminista fue patente tanto en sus acciones como en su obra. Según Monteil, Hélène solía decir que defendió los derechos de las mujeres antes que su hermana, harta del acercamiento superficial de algunos hombres a su trabajo. Monteil la define como una mujer de humor, más relajada que Simone, aunque igual de involucrada en la defensa de las mujeres. Su casa de Estrasburgo, donde vivió los últimos años, funcionó como punto de reunión para activistas y espacio para la creación, pese al deterioro edilicio.
A pesar de su vasta producción y su militancia, Hélène de Beauvoir enfrentó una permanente falta de reconocimiento. En la etapa final de su vida expresó a Monteil su inquietud por el destino de sus cuadros y el temor al olvido. La retrospectiva de Londres constituyó un paso importante en la recuperación de su figura, aunque subsiste la interrogante sobre la permanencia de su legado, la misma que la acompañó hasta los últimos días.
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