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Fecha de publicación: 8 de Agosto de 2025 a las 16:48:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Imet y Kharga, dos ciudades perdidas en Egipto que podrían reescribir lo conocido sobre esta antigua civilización

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Descripción: Enterradas bajo arena y escombros durante más de dos mil años, estas urbes ubicadas en un oasis y en el delta del Nilo, permiten reconstruir con mayor detalle aspectos clave de la vida religiosa, económica y social de una de las culturas más influyentes de la historia

Contenido: El reciente hallazgo de dos antiguas ciudades en Egipto generó gran interés entre la comunidad internacional y los expertos en esta civilización, una de las culturas más influyentes de la historia. Se trata de una ciudad del período copto temprano ubicada en el oasis de Kharga, al oeste del país, y de la ciudad perdida de Imet, localizada en el delta del Nilo, la cual permaneció oculta durante más de dos mil años.

Estos descubrimientos, que abarcan desde el siglo III a.C. hasta el siglo VII d.C., aportan nuevas perspectivas sobre la vida urbana, las tradiciones religiosas y el cambio cultural de distintas épocas en la civilización egipcia.

En el oasis de Kharga, un grupo de arqueólogos vinculados al Consejo Supremo de Antigüedades excavó una ciudad que prosperó entre los siglos III y VII d.C. y cuyos orígenes se remontan al período ptolemaico.

Entre los vestigios encontrados sobresalieron casas de adobe, tumbas, iglesias y un mural que representaba a Jesucristo sanando a los enfermos, testimonio del papel pionero del enclave como centro cristiano en Egipto.

Además, los investigadores recuperaron grandes tinajas de barro para almacenar grano y alimentos, hornos, fragmentos de cerámica, artefactos de vidrio y piedra, así como zonas de enterramiento.

Las dos iglesias descubiertas en el sitio se destacaron tanto por su tamaño como por sus características arquitectónicas. Una, de estilo basilical, presentaba una nave central y naves laterales, mientras que la otra, más pequeña y de planta rectangular, conservaba inscripciones coptas en sus muros interiores.

El Ministerio de Turismo y Antigüedades informó que, si bien la mayoría de las estructuras correspondían a la época copta, el asentamiento se estableció originalmente en el siglo III a.C. y se reutilizó en períodos posteriores, reflejando así la transformación de la región desde creencias paganas hacia el cristianismo.

Sherif Fathy, ministro de Turismo y Antigüedades, afirmó: “Este descubrimiento reflejó la riqueza y diversidad de la antigua civilización egipcia durante períodos históricos cruciales e influyentes”.

Además, remarcó que el hallazgo permitió mejorar la comprensión del período de transformación religiosa en Egipto y destacó la tolerancia y la diversidad cultural y religiosa características de la civilización egipcia.

Por su parte, Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, resaltó la función de los oasis occidentales como centro de vida religiosa y social en diversas etapas históricas.

Un equipo internacional dirigido por la Universidad de Manchester localizó y excavó la antigua ciudad de Imet en el delta del Nilo, más precisamente en la zona de Tell el-Fara’in, en la actual provincia de Sharqia.

La ciudad, que resultó fundamental durante la Baja Época egipcia, permaneció enterrada durante más de dos mil años. El empleo de imágenes satelitales y técnicas de teledetección permitió identificar una compleja urbe con casas-torre de varios pisos, estructuras de almacenamiento, restos de una calzada ceremonial y un templo consagrado a la diosa cobra Uadyet, protectora del Bajo Egipto.

La singularidad arquitectónica y simbólica de Imet sugiere que desempeñó un papel relevante en el comercio, la agricultura y la vida religiosa del Egipto tardío, equiparable al de otras grandes capitales regionales.

De acuerdo con el egiptólogo Nicky Nielsen, responsable de la excavación, “estas casas-torre resultaron poco comunes en otras partes de Egipto. Su presencia aquí demostró que Imet era una ciudad próspera y densamente edificada, con una compleja infraestructura urbana”.

Las viviendas, distribuidas en varios niveles y sostenidas por gruesos muros de cimentación, resultaron diseñadas para alojar familias extensas o grupos de trabajadores en una época de acelerado desarrollo urbano.

El trazado de Imet reveló también la existencia de una calzada procesional que unía el santuario de Uadyet con otro templo tardío, lo que reflejó la importancia de los rituales y las transformaciones ceremoniales experimentadas por la ciudad desde el siglo III a.C.

Mohamed Abdel Badie, director del Sector de Antigüedades Egipcias, explicó que el abandono de esta vía procesional durante el período ptolemaico evidenció profundas transformaciones urbanísticas y religiosas en la ciudad.

Uno de los hallazgos más relevantes resultó el templo de la diosa Uadyet, situado en el núcleo de Imet, donde se encontró una amplia plataforma de piedra caliza flanqueada por restos de dos columnas de adobe, antiguamente recubiertas de estuco. El templo, construido sobre la antigua vía procesional, destacó la centralidad del culto a Uadyet, figura esencial de la mitología egipcia.

Además, en este recinto se encontraron objetos de gran valor simbólico y religioso, entre ellos una estela del dios Harpócrates con iconografía protectora, un ushtebi de loza verde del periodo de la dinastía XXVI y un sistro de bronce adornado con cabezas de la diosa Hathor.

La vitalidad económica de Imet quedó demostrada por una zona pavimentada para procesar grano y corrales para animales, lo que evidenció una economía local activa y diversificada.

Estos descubrimientos, junto con la riqueza arquitectónica y religiosa de Imet, aportaron una visión renovada sobre la vida cotidiana y la organización social en el delta del Nilo en la antigüedad.

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