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Fecha de publicación: 8 de Agosto de 2025 a las 16:34:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

No tiene pulmones ni branquias: el animal que no necesita oxígeno para vivir

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Descripción: El descubrimiento de un parásito en los músculos del salmón desafía los principios fundamentales de la biología. Su existencia revela los límites insospechados de la vida animal y abre nuevos interrogantes sobre la evolución y la adaptación en la naturaleza

Contenido: Un diminuto parásito ha desafiado los principios fundamentales de la biología animal. El Henneguya salminicola, descubierto en los músculos del salmón, es el primer animal identificado que no respira ni requiere oxígeno para sobrevivir, según reveló National Geographic. Este organismo carece de pulmones, branquias y de las estructuras celulares para la respiración, lo que cuestiona la creencia de que todos los animales dependen del oxígeno.

El hallazgo de Henneguya salminicola ha sorprendido a la comunidad científica. Este parásito, descrito por un equipo de la Universidad de Tel Aviv y reportado en 2020, no solo perdió la capacidad de respirar, sino también las mitocondrias con ADN mitocondrial en sus células, lo que le impide usar oxígeno para producir energía. Según Astrobiology, este rasgo lo convierte en el único animal multicelular conocido sin genoma mitocondrial.

Henneguya salminicola pertenece al grupo de los mixozoos, un linaje emparentado con las medusas, aunque su apariencia es completamente distinta. Habita los músculos de varias especies de salmón del género Oncorhynchus, incluidos salmón rojo, keta, chinook, rosado, coho y la trucha arcoíris anádroma. Esta adaptación extrema le permitió prescindir de funciones esenciales en otros animales, incluida la respiración.

Las investigaciones sugieren que Henneguya salminicola evolucionó a partir de un antepasado con respiración aeróbica, pero la vida como parásito en un medio estable y protegido favoreció la simplificación de sus funciones. En este entorno rico en nutrientes, el parásito absorbe la energía directamente del salmón sin la necesidad de producirla por sí mismo, según National Geographic. Los científicos comparan su situación con la de alguien que ocupa una “suite de lujo” totalmente abastecida.

El caso de Henneguya salminicola se explica a través de la evolución reductiva, principio por el cual algunos organismos pierden partes de su cuerpo o genoma que ya no aportan ventajas en su ambiente. El proceso se confirmó en 2020, cuando mediante técnicas genéticas, los científicos comprobaron la ausencia absoluta de genoma mitocondrial, un hecho sin precedentes en el reino animal.

Hasta su descubrimiento, la respiración con oxígeno era considerada indispensable para cualquier animal. Este caso demuestra que la vida animal es capaz de renunciar incluso a lo que antes se consideraba fundamental.

La BBC calificó el hallazgo como un “cambio radical en la comprensión biológica”, ya que obliga a reformular los límites de la vida animal definidos hasta ahora. El biólogo Nick Lane consideró que “demuestra la sorprendente plasticidad de la vida en la Tierra y anticipa la posibilidad de encontrar organismos aún más extraños en ambientes extremos o incluso fuera del planeta”.

The New York Times subrayó que este descubrimiento impulsa a redefinir cómo se entienden los animales multicelulares. Dorothée Huchon, líder del estudio, afirmó que Henneguya salminicola “es el primer caso de un animal que abandonó por completo la respiración aeróbica, un logro evolutivo inesperado”.

Nature y Science destacaron que el estudio de estos mecanismos abre nuevas investigaciones en parasitología y biotecnología, considerando que otros mixozoos causan patologías en peces de criadero. Smithsonian Magazine aportó una perspectiva astrobiológica: organismos como Henneguya salminicola “amplían el rango de condiciones a considerar en la búsqueda de vida fuera de la Tierra”.

El reino animal está lleno de especies singulares que ponen a prueba los principios científicos conocidos. Un caso icónico es la medusa inmortal (Turritopsis dohrnii), capaz de revertir su ciclo de vida adulto a juvenil indefinidas veces mediante un proceso de transdiferenciación celular, lo que le permite evitar la muerte biológica. Esta habilidad extraordinaria abre interrogantes sobre el envejecimiento y la regeneración en seres vivos, siendo objeto de investigaciones en biología marina y en laboratorios de todo el mundo.

Otro ejemplo es el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus), un mamífero australiano que pone huevos, produce veneno y exhibe una mezcla de características que, durante siglos, intrigaron a la ciencia occidental. Su singularidad biológica —mamífero con pico de pato, cola de castor y patas de nutria— lo convierte en un modelo para explorar la evolución de los mamíferos y la genética del desarrollo.

Las babosas marinas como Elysia crispata también desafían las fronteras entre reinos biológicos. Estas especies pueden incorporar cloroplastos de algas ingeridas y realizar fotosíntesis durante meses, obteniendo energía del sol como las plantas. Este fenómeno, conocido como kleptoplastia, ha sido ampliamente documentado en estudios científicos y fue destacado por Scientific American, que describe cómo esta babosa “almacena cloroplastos robados para obtener energía cuando escasea el alimento”.

La existencia de un animal que renunció a la respiración evidencia que, en algunos contextos, la clave para persistir no es la fuerza, la velocidad ni la inteligencia, sino la capacidad de pasar desapercibido y aprovechar al máximo los recursos disponibles.

La historia de Henneguya salminicola revela que, en ocasiones, la supervivencia depende de volverse tan simple como lo exige el entorno, incluso si eso implica abandonar el oxígeno para siempre.

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