Fecha de publicación: 7 de Agosto de 2025 a las 23:21:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: A diferencia del microondas, que emplea ondas electromagnéticas para calentar los alimentos, este equipo doméstico utiliza ventiladores que distribuyen uniformemente el aire caliente en su interior
Contenido: El microondas ha sido, durante décadas, un símbolo de practicidad en la cocina moderna. Sin embargo, inquietudes sobre su impacto en la salud, sumadas al desarrollo de tecnologías más eficientes, están cambiando esta percepción. Cada vez más hogares están considerando otras alternativas, y una de las que más está ganando protagonismo es el horno de convección, que se perfila como su posible reemplazo definitivo gracias a su eficiencia energética, cocción uniforme y versatilidad culinaria.
A diferencia del microondas, que calienta mediante ondas electromagnéticas, el horno de convección utiliza ventiladores para distribuir el aire caliente en su interior, logrando así una cocción homogénea.
Este sistema no solo permite preparar alimentos en menor tiempo, sino que también consume hasta un 80% menos de energía en comparación con un horno tradicional, lo que representa un ahorro significativo a largo plazo.
Su funcionamiento lo convierte en una opción ideal para quienes buscan platos bien cocidos, sin importar la ubicación de la bandeja. Es especialmente útil para preparar asados, guisos o deshidratar alimentos. Además, los modelos con limpieza a vapor son muy fáciles de mantener: basta con agua, jabón y una esponja para dejarlo impecable.
No obstante, no todo son ventajas. Los hornos de convección no son recomendables para ciertas recetas, sobre todo en repostería. La circulación constante de aire puede interferir con el crecimiento de masas como las de los bizcochos, que necesitan un entorno más estático y húmedo, como el que ofrece un horno convencional.
Otro aspecto importante es que, al usar este tipo de horno, los tiempos y temperaturas deben ajustarse. Las recetas tradicionales pensadas para hornos comunes requieren una reducción de 12 a 15 °C y un ajuste del tiempo de cocción de entre el 25% y el 30% para evitar sobrecocinar los alimentos.
Actualmente, el mercado ofrece una amplia gama de hornos de convección: desde modelos compactos hasta multifunción o combinados con microondas. La elección dependerá de las necesidades específicas de cada usuario, pero todo indica que este electrodoméstico continuará ganando terreno como una alternativa práctica, eficiente y más saludable para cocinar en casa.
Desconectar el refrigerador para reducir el consumo de energía puede parecer una decisión lógica, pero es una práctica desaconsejada que podría poner en riesgo tanto la vida útil del electrodoméstico como la seguridad de los alimentos. Lejos de representar un ahorro, esta medida puede ocasionar daños invisibles pero significativos.
A diferencia de otros artefactos eléctricos, el refrigerador ha sido diseñado para funcionar de manera constante, sin interrupciones. Interrumpir su funcionamiento rompe lo que se conoce como la cadena de frío, una condición esencial para conservar los alimentos a temperaturas seguras. Sin ella, productos como carnes, lácteos o comidas ya preparadas pueden deteriorarse en pocas horas, aumentando el riesgo de intoxicaciones.
Además, expertos respaldados por análisis de inteligencia artificial advierten que apagar y encender repetidamente este aparato puede acortar su vida útil. El sistema de refrigeración trabaja con ciclos que se ven afectados por cortes abruptos, provocando un mayor esfuerzo energético posterior al reinicio.
Por ello, salvo en situaciones de limpieza o mantenimiento, mantenerlo siempre enchufado no solo protege la salud, sino también evita gastos innecesarios en reparaciones o reemplazos.
Ahorrar energía en casa comienza con pequeños cambios en el uso de los electrodomésticos. Una estrategia clave es optar por equipos con eficiencia energética certificada, como los que cuentan con etiqueta de bajo consumo. Además, se recomienda utilizarlos en horarios de menor demanda eléctrica y evitar dejarlos en modo de espera, ya que incluso así siguen consumiendo energía.
Otra medida eficaz es adoptar hábitos inteligentes: por ejemplo, llenar completamente la lavadora antes de usarla, ajustar la temperatura del refrigerador entre 3 °C y 5 °C, y planchar grandes cantidades de ropa en una sola sesión para evitar pérdidas por calentamiento repetido. Estas acciones, aunque simples, contribuyen significativamente a reducir la factura de luz y a cuidar el medio ambiente.
Visitas: 0