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Fecha de publicación: 31 de Julio de 2025 a las 10:09:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

Cómo afecta a los hijos el favoritismo de los padres, según los expertos

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Descripción: Los especialistas advierten que este tipo de conductas puede dejar huellas emocionales profundas y afectar la relación entre hermanos.

Contenido: “A él/ella lo querés más que a mí!” Es una frase que muchos padres escuchan alguna vez. Aunque la mayoría intenta tratar a todos sus hijos por igual, los especialistas advierten que los favoritismos son más comunes de lo que se cree y pueden aparecer de manera inconsciente.

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Un estudio reciente del instituto alemán Appinio reveló que el 18% de los encuestados admitió tener un hijo favorito. Para Susanne Döll-Hentschker, profesora de psicología clínica en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fráncfort, esto no sorprende: “Después del nacimiento, los padres buscan semejanzas con ellos mismos. Esa identificación influye en la cercanía emocional con un hijo”.

Las diferencias de temperamento, intereses o la etapa de desarrollo pueden influir en la relación con cada hijo. “Es normal que haya momentos en los que un niño requiera más atención. Lo importante es que los padres sean conscientes de la dinámica y se esfuercen en equilibrarla”, explica la psicóloga Fabienne Becker-Stoll.

Cuando el trato desigual se prolonga en el tiempo y se convierte en favoritismo, puede tener consecuencias. “Si un niño se siente persistentemente desfavorecido o ignorado, esto afecta su autoestima”, señala Anja Lepach-Engelhardt, profesora de psicología del desarrollo en la Universidad PFH de Gotinga. Pero ser el hijo “preferido” tampoco es ideal: suele implicar más responsabilidades y presión.

El favoritismo también daña el vínculo entre hermanos. “Las relaciones pueden quedar marcadas por la rivalidad, los celos y los resentimientos, incluso en la vida adulta”, advierte Döll-Hentschker. En algunos casos, los hermanos terminan distanciados y con dificultades para establecer relaciones sanas en otros ámbitos de su vida. Por eso, los especialistas insisten en que los padres sean conscientes del impacto emocional que puede generar esa diferencia en el trato.

Los especialistas recomiendan que los padres se detengan a reflexionar sobre sus vínculos con cada hijo:

“El objetivo no es tratar a todos de la misma manera, sino de manera justa según sus necesidades”, explica Lepach-Engelhardt. Organizar momentos exclusivos con cada hijo y distribuir de forma equitativa el tiempo y los recursos puede ayudar a evitar desequilibrios.

Además, hablar abiertamente del tema y reconocer el dolor de los hijos que se han sentido en desventaja es un paso clave. “La sinceridad y la autocrítica permiten reconstruir el vínculo y reforzar la autoestima de los chicos”, concluye Becker-Stoll. También es importante que los abuelos y otros cuidadores sean parte de esta reflexión, ya que sus actitudes pueden reforzar o disminuir las percepciones de favoritismo en el entorno familiar.

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