Fecha de publicación: 30 de Julio de 2025 a las 15:39:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Los registros solicitados y publicados por ABC News documentan la confusión de los afectados durante la emergencia que dejó más de 130 víctimas
Contenido: “Necesitamos a alguien, de verdad”, suplicó una voz al otro lado de la línea. “Mi novio está atrapado en un árbol, en medio de la corriente”. Así comienza uno de los más de cien audios de llamadas de emergencia y despachos policiales publicados por la ciudad de Boerne luego de una solicitud de registros públicos de ABC News.
Estos exponen la desesperación de los residentes de Hill Country y los problemas de coordinación entre los servicios de rescate durante las devastadoras inundaciones del 4 de julio en Texas.
La tragedia dejó más de 130 muertos, la mayoría en Kerr County, y ha puesto en evidencia las dificultades que enfrentaron tanto los ciudadanos como los primeros respondedores en una de las peores catástrofes recientes del estado.
La difusión de estas grabaciones arroja luz sobre los momentos más críticos que se vivieron en la región. La Ciudad de Boerne, responsable de las comunicaciones de emergencia en Kendall County, entregó más de un centenar de registros de llamadas al 911 y despachos policiales correspondientes a la jornada del desastre.
Estas grabaciones corresponden a una zona situada río abajo de Kerrville, una de las áreas más afectadas por las inundaciones. ABC News también solicitó los audios de emergencia a las autoridades de Kerr County, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
Las grabaciones revelan la angustia de los habitantes de Kendall County, quienes enfrentaron la crecida de los ríos y la incertidumbre sobre las órdenes de evacuación. “¿Me voy en pijama? ¿Me ducho primero? ¿Cuánto tiempo tengo?”, preguntó una residente a la operadora tras recibir la advertencia de un patrullero sobre la inminente evacuación.
La confusión era generalizada: algunos vecinos aseguraron haber recibido información sobre evacuaciones a través de redes sociales como YouTube y Facebook, sin saber si las órdenes aplicaban a su zona.
En otra llamada, una mujer con un bebé alertó al 911 de que el agua había comenzado a inundar su vivienda. "No podemos ir a ningún lado“, afirmó. Uno de los testimonios más impactantes recogidos por ABC News corresponde a un operador del Departamento de Policía de Boerne, quien señaló haber localizado un cuerpo. “Definitivamente, se trata de una víctima de ahogamiento o de una inundación”, dijo.
Las inundaciones del 4 de julio dejaron un saldo devastador en Texas. De acuerdo con los datos publicados por ABC News, más de 130 personas perdieron la vida, con más de 100 muertes registradas en Kerr County, la zona más golpeada por el desastre. En Kendall County, donde Boerne gestiona las comunicaciones de emergencia, se reportaron nueve fallecimientos.
El número de desaparecidos, que llegó a acercarse a un centenar en los días posteriores a la catástrofe, se redujo este mes a solo tres personas, según informaron las autoridades. Estos datos reflejan la magnitud del evento y la complejidad de las labores de búsqueda y rescate en un territorio afectado por la destrucción de infraestructuras y la persistencia de condiciones peligrosas.
Las grabaciones difundidas por ABC News no solo documentan la angustia de los residentes, sino que también ponen de manifiesto los problemas de coordinación entre las distintas agencias encargadas de la respuesta. En una de las conversaciones, un despachador del Departamento de Policía de Boerne informó a un representante de las fuerzas del orden de Kerr County: “Hemos localizado un cuerpo. Definitivamente es una víctima de ahogamiento o de la inundación”.
La comunicación entre los equipos de rescate estuvo marcada por la confusión y, en ocasiones, por la falta de información clara sobre las órdenes a seguir.
En una llamada realizada en las primeras horas del 4 de julio, un despachador de Boerne transmitió la advertencia del Departamento de Bomberos Voluntarios de Comfort, en Kendall County, sobre el aumento del nivel del agua y la necesidad de cerrar todos los cruces.
“Están solicitando —no, están afirmando— que debemos cerrar todos los cruces”, explicó el despachador. La respuesta del primer respondedor al otro lado de la línea fue de desconcierto: “¿Qué? ¿Qué cruces?”, preguntó en tono agitado, antes de suspirar y añadir: “¿Con qué?”.
Veinte minutos después, otro primer respondedor consultó a la policía de Boerne: “¿Abrieron una hoja de llamadas para ese asunto del agua? Solo para aclarar, ¿no estamos en eso, verdad?”.
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