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Fecha de publicación: 29 de Julio de 2025 a las 17:54:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Las mujeres invisibles de la psicología: la historia recuperada de quienes impulsaron la obra de Carl Jung

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Descripción: Durante años, la contribución de Emma Jung, Sabina Spielrein y Toni Wolff fue ignorada por la historia oficial, pero nuevas investigaciones abren camino para que sus nombres y obras puedan ser valorados como parte esencial del pensamiento junguiano

Contenido: Nuevos hallazgos y reconocimientos han puesto en primer plano el papel de Emma Jung, Sabina Spielrein y Toni Wolff, tres figuras esenciales hasta ahora relegadas a la sombra de Carl Jung en la historia de la psicología analítica. Con la publicación reciente de “Dedicated to the Soul: The Writings and Drawings of Emma Jung” y el XXIII Congreso Internacional de Psicología Analítica en Zúrich, la historia oficial se actualiza y visibiliza a quienes ayudaron a dar forma a las ideas junguianas.

Durante mucho tiempo, la imagen de Emma Jung quedó limitada a su vida familiar y a su papel de esposa. Sin embargo, la edición y publicación de sus escritos en 2024 evidencian una faceta intelectual desconocida para el gran público. El hallazgo y difusión de cartas, poemas y conferencias muestran la profundidad de su pensamiento y la constancia de su búsqueda personal. Thomas Fischer, bisnieto y editor de la Fundación Jung, explicó que gran parte de los logros de Emma permanecían ignorados hasta ahora. La divulgación de estos materiales permitió revisar su figura como colaboradora e intelectual autónoma, no solo como apoyo doméstico.

Emma Jung participó en la gestación de la psicología analítica desde sus inicios. Actuó como traductora, tomó notas, colaboró con pacientes y lideró proyectos, llegando a ser la primera presidenta del Psychology Club en Zúrich. Además, sus publicaciones sobre la psique femenina y la simbología del Grial influyeron en las ideas centrales de Jung. Según el historiador Sonu Shamdasani, el trabajo de Carl Jung no habría sido posible sin la implicación intelectual y emocional de Emma, quien logró mantener una relación de colaboración efectiva pese a las tensiones personales. Por primera vez, su voz se presenta como parte activa y fundamental del desarrollo del pensamiento analítico.

La historia de Sabina Spielrein se destaca por la magnitud de sus aportes y el prolongado olvido al que fue sometida. Llegó al hospital Burghölzli como paciente pero, rápidamente, demostró su talento y se convirtió en colaboradora y científica destacada. Pionera en el estudio del lenguaje esquizofrénico y en la formulación de conceptos como la pulsión de muerte, anticipó desarrollos posteriores de Freud y Jung. Sin embargo, durante décadas, su papel quedó reducido en las historias oficiales a su relación personal con Jung, opacando su impacto científico.

Con el hallazgo de sus archivos en los setenta, se reactivó el interés por su legado y comenzaron a difundirse sus trabajos sobre dinámica familiar y desarrollo infantil. Instituciones y asociaciones internacionales han promovido su obra y luchan porque reciba el espacio que merece en la formación académica. El biógrafo John Launer subraya que ignorar los logros de Spielrein y reducirla a un rol anecdótico es uno de los mayores errores del relato académico sobre la psicología del siglo XX. La revalorización de su figura aporta profundidad y perspectiva crítica al legado junguiano.

Toni Wolff fue otra protagonista fundamental dentro del círculo de Jung, aunque su reconocimiento público ha sido tardío. Ingresó como paciente y, tras su recuperación, se consolidó como colaboradora y analista. Wolff acompañó a Jung en los momentos más complejos de su investigación sobre el inconsciente y llegó a desempeñar, en ocasiones, el papel de analista de su propio maestro. Más allá del vínculo personal, fue autora de un influyente ensayo sobre las formas estructurales de la psique femenina, texto clave para pensar la individuación en las mujeres.

Wolff no se limitó a sistematizar las ideas de Jung, sino que aportó una mirada única y propia para adaptar su teoría al universo femenino. Maggy Anthony, autora y experta en el tema, destaca que fue una interlocutora constante, cuyas aportaciones resultaron decisivas para el desarrollo de la psicología analítica desde una perspectiva de género. Con la publicación de “El Libro Rojo” y el interés renovado por el trabajo colaborativo, su rol como teórica cobra la centralidad que durante años le fue negada.

La revisión sobre las colaboradoras de Jung refleja un cambio profundo en la historiografía de la disciplina. Por décadas, la narrativa predominante situó a estas mujeres como musas o asistentes, ignorando su estatus de intelectuales autónomas. Hoy, la figura de Emma Jung, Sabina Spielrein y Toni Wolff ejemplifica cómo el conocimiento psicológico se construyó desde el diálogo y la cooperación, y no solo a partir de la genialidad individual.

La historia reciente enseña que la labor intelectual en esta disciplina ha sido, y sigue siendo, colectiva. La visibilidad alcanzada por Emma Jung, Sabina Spielrein y Toni Wolff no solo hace justicia a sus aportes, sino que invita a revisar críticamente otras historias y a continuar ampliando las miradas sobre el origen y el desarrollo de las ideas que han marcado la psicología moderna. Reconocer la pluralidad de voces es esencial para comprender la riqueza real de cualquier legado intelectual.

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